Monterrey, México a 9 de junio de 2025
En la elección del Poder Judicial Federal del pasado domingo 1 de junio votaron apenas 12.9 millones de personas, lo que representa sólo el 13 por ciento del padrón.
Estos números son abrumadores en un ejercicio democrático que impactará a toda la nación. En Nuevo León, el porcentaje fue aún más bajo: cercano al 10 por ciento.
Lo que ahora tendremos que observar y medir es la actuación de las personas que ocuparán cargos prominentes y que influirán directamente en la impartición de justicia en México.
Quisiera compartir algunos datos desde mi experiencia en temas de transparencia en el servicio público.
Hace 10 años, en 2015, iniciamos una plataforma llamada Curul43 para promover la rendición de cuentas en el Congreso local de Nuevo León.
Entonces, como ahora, sigue siendo sorprendente el desconocimiento generalizado sobre el quehacer legislativo y, desde luego, sobre la figura de la Diputada o Diputado.
Ese desconocimiento es todavía mayor si hablamos de un funcionario con más cercanía e impacto en la vida cotidiana de la gente: el regidor.
Su elección sigue siendo "por combo", ya que la mayoría de los ciudadanos no voltean la boleta y aun hoy ignoran que, al votar por la Alcaldía, el paquete incluye a un grupo de personas (en ocasiones, un "combo loco").
Y desde luego, si el ciudadano no podía aprenderse los nombres de cinco ministras y cuatro ministros, mucho menos recordará a 14 personas regidoras.
Esta falta de identificación tiene consecuencias graves para el servicio público más cercano a la ciudadanía.
Aunque muchas regidoras y regidores hacen esfuerzos genuinos por atender a la gente y entender el funcionamiento del Cabildo, hay quienes viven su regiduría como si fuera una beca municipal de tres años.
En el Poder Judicial las cosas no son muy distintas. Es, por definición, el poder menos conocido, el más opaco. Lo conocemos -si acaso- cuando tenemos un problema legal y estamos resolviendo alguno. Por eso le sacamos la vuelta.
Durante la discusión de la reforma se habló mucho de la "no carrera judicial". Y es cierto: algunas ministras que se van en julio llegaron a la Suprema Corte desde despachos privados, con pase directo, dejando en la fila a mujeres y hombres con verdadera trayectoria judicial.
El acceso fue posible no por méritos, sino por la "conectocracia" que sigue operando como filtro invisible.
Ya se nos olvidó que un ministro que "renunció" tampoco tenía carrera judicial: en su caso, bastó el apellido para vestir la toga.
Frente a la disyuntiva -ya sea por rechazo al Gobierno que propuso la reforma, por desinformación, manipulación, apatía o simplemente por "hueva"- la gran mayoría decidió no participar.
Y sí: esa también es una forma válida de ejercer la libertad individual. Si la gente no quiere votar, pues que no vote. ¡Y listo!
Lo que viene para Nuevo León es un reto mayúsculo: la elección del Poder Judicial local tendrá que suceder. La ventaja es que ahora hay más tiempo para organizarla.
La teoría dice que deberíamos aprender de los errores, mejorar la selección de perfiles, la forma de votar y diseñar una mejor boleta (ojalá no repitan el modelo tipo Melate).
Otra ventaja, que puede ser también desventaja, es que se elegirán también Gobernador, Alcaldes y Diputados. Eso podría ayudar a alcanzar el objetivo más difícil: motivar al ciudadano a salir y votar.
LIBERTAD LEGISLATIVA
Hace tiempo escribí aquí sobre la libertad legislativa. Más allá de polémicas etílicas, hoy una Diputada local la está ejerciendo con firmeza y sin rodeos, Rocío Montalvo.
Qué bueno que ella recuerda que está ahí para cumplir a sus electores en Juárez -un municipio con muchas carencias- y para recordarle al Gobierno del Estado que se comprometió a mejorar el transporte público.
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Editorial publicada en el periódico El Norte el domingo 8 de junio de 2025
El autor es director de Redes Quinto Poder IDEA.
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